Ginger Baker y Kudzai Machokoto tuvieron una breve pero memorable relación musical. Baker, reconocido baterista británico y fundador de la legendaria banda Cream, se encontraba en Zimbabwe en 2009, donde se había establecido después de vivir en varios países africanos. Allí, Baker conoció a Machokoto, un joven percusionista y cantante local que estaba comenzando a destacarse en la escena musical de Harare. Los dos músicos se encontraron en el context de un taller de música organizado por la embajada británica en Zimbabwe. Baker quedó impresionado por la habilidad y el talento de Machokoto en la percusión, y rápidamente comenzó a trabajar con él, explorando ritmos y expresiones musicales tradicionales de Zimbabwe y fusionándolas con su propio estilo de rock y jazz. La colaboración de Baker y Machokoto resultó en una serie de conciertos y grabaciones conjuntas, que recibieron elogios tanto en Zimbabwe como en el extranjero. Sin embargo, la relación entre los dos músicos también tuvo sus altibajos, con Machokoto quejándose en una ocasión de que Baker no le pagaba lo suficiente por su trabajo. En cualquier caso, la colaboración musical entre Baker y Machokoto fue una muestra de la capacidad de la música para trascender fronteras culturales y generacionales, y de cómo dos músicos con antecedentes muy diferentes pueden encontrar un terreno común en la creatividad y la pasión por la música.