Un día, Giselle estaba caminando por el parque cuando se cayó y se lastimó el tobillo. Howard vio lo que sucedió y se acercó a ella para ver si estaba bien. Resultó que Giselle necesitaba ir al hospital para una radiografía, pero no quería llamar a una ambulancia. Patrick, que estaba sentado en un banco cercano, había estado observando la escena y decidió ofrecer su ayuda. Él dijo que podía llevar a Giselle al hospital en su coche, ya que estaba a solo unos minutos de distancia. Giselle aceptó la ayuda de Patrick y se subió al coche. Durante el viaje, Howard y Giselle hablaron sobre sus vidas y se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Después de que Howard la llevó al hospital, dejó su número de teléfono y dijo que la llamaría para asegurarse de que estaba bien. Giselle estaba agradecida por la ayuda de Howard y decidió devolverle el favor invitándolo a tomar un café después de que ella se recuperó. Durante el café, los dos se dieron cuenta de que había una chispa entre ellos. Después de salir varias veces más, Giselle y Howard se dieron cuenta de que habían perdido la razón por la que se conocieron en primer lugar: el tobillo de Giselle. Pero en lugar de lamentarse, se sintieron agradecidos por ese pequeño accidente que los unió. Ahora, Giselle y Howard están juntos y felices y siempre recuerdan su extraño comienzo.
