Un día soleado en California, Glynn-Wolfe y Nina-Morgan-Stuart se encontraron en una tienda de libros. Ambos estaban buscando el mismo título y empezaron a charlar sobre sus intereses literarios. La conversación fluyó y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Decidieron salir a tomar un café juntos y desde entonces no se separaron. Con el tiempo, ambos descubrieron que compartían la misma pasión por la lectura y la escritura, y comenzaron a colaborar en proyectos literarios. Su historia de amor comenzó con una conversación sobre libros y se convirtió en una historia escrita por ellos mismos.