Gore Vidal y Francesco Scavullo fueron amigos cercanos durante muchos años. Según las diversas entrevistas y biografías de Vidal, su relación comenzó a mediados de la década de 1950, cuando Scavullo fue contratado para fotografiar a Vidal para una revista. A partir de aquel encuentro, Vidal y Scavullo se volvieron inseparables. Scavullo era un fotógrafo de moda y celebridades muy influyente en Nueva York, y Vidal era uno de los escritores más importantes e iconoclastas de la época. Comenzaron a colaborar en muchos proyectos creativos juntos, incluyendo libros, series de televisión y películas. Scavullo también fotografió a Vidal en numerosas ocasiones, creando algunas de las imágenes más icónicas del escritor. A su vez, Vidal escribió una introducción para uno de los libros de fotografía de Scavullo y dedicó una novela completa (Myron) a su amigo. La amistad entre Vidal y Scavullo duró hasta la muerte de Scavullo en 2004, y Vidal siempre habló muy bien de su amigo en entrevistas y artículos. A pesar de que eran muy diferentes en personalidad y enfoque creativo, su relación duradera es un ejemplo de la capacidad de conectar y colaborar en el mundo del arte y la cultura.
