Francesco Scavullo fue un fotógrafo de moda y retratos estadounidense que colaboró estrechamente con el escritor Gore Vidal en la década de 1970. Scavullo fotografió a Vidal en varias ocasiones, capturando su inteligencia, ingenio y encanto. Su relación profesional y personal comenzó después de que Vidal le pidiera a Scavullo que le hiciera una sesión de fotos para la portada de su libro "Myra Breckinridge". Scavullo se impresionó tanto con Vidal que ambos comenzaron a trabajar juntos en una serie de sesiones de fotos para revistas como Vogue y Vanity Fair. Además de trabajar juntos en proyectos fotográficos, Scavullo y Vidal también compartieron una estrecha amistad. A menudo se referían el uno al otro en entrevistas y agradecimientos en sus respectivos trabajos. Después de la muerte de Scavullo en 2004, Vidal escribió un obituario en su memoria, donde lo describió como un "gran artista y un muy querido amigo". La colaboración entre Scavullo y Vidal fue una combinación de talento y creatividad que resultó en obras icónicas de la moda y la fotografía.
