Greta y Wolfgang se conocieron en una pequeña cafetería en el centro de Viena. Greta estaba sentada en una mesa junto a la ventana, disfrutando de un café y una buena lectura. Wolfgang entró en el café y buscó desesperadamente una mesa disponible. Al ver que no había ninguna mesa disponible, decidió preguntar a Greta si podía sentarse con ella. Ella amablemente le dio permiso para hacerlo. Comenzaron a hablar sobre sus intereses y descubrieron que ambos compartían una pasión por la música clásica. Intercambiaron sus números de teléfono y decidieron ir a un concierto juntos. Después de ese concierto, se hicieron inseparables y comenzaron a tocar música juntos en su tiempo libre. Así fue como comenzó su hermosa amistad y colaboración musical.