Elisabeth von Österreich-Ungarn y Gyula Andrássy tuvieron una relación principalmente política, ya que Andrássy era un importante político húngaro y Elisabeth era la esposa del emperador austrohúngaro, Francisco José I. Andrássy fue nombrado primer ministro húngaro en 1867, año en que se creó el Imperio austrohúngaro, y fue uno de los principales arquitectos de la reconciliación entre Hungría y Austria. Él y Elisabeth compartieron una visión común de la importancia de la estabilidad y la unidad en Europa Central. En 1873, Andrássy fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores de Austria-Hungría y trabajó estrechamente con Elisabeth en asuntos internacionales. Ambos estuvieron involucrados en la organización de la Exposición Universal de Viena de 1873, que fue un gran éxito y fortaleció la posición de Austria-Hungría como potencia europea. Elisabeth también estuvo interesada en la cultura húngara y se convirtió en una ferviente defensora de la música y la literatura húngaras. Ella apoyó a importantes artistas y escritores húngaros y promovió la difusión de la cultura húngara en Austria y en otras partes de Europa. A pesar de su colaboración en asuntos políticos y culturales, la relación entre Elisabeth y Andrássy tenía sus altos y bajos. Andrássy a veces se sentía frustrado por la falta de influencia política de Elisabeth y por su constante interferencia en los asuntos del gobierno. Por su parte, Elisabeth a menudo se enojaba con Andrássy por sus desacuerdos con Francisco José I y su negativa a apoyar su agenda política. En general, sin embargo, la relación entre Elisabeth y Andrássy fue productiva y beneficiosa para Austria-Hungría durante su tiempo juntos en la política.
