Hanna Hilton y Whitney Stevens coincidieron en una fiesta en Miami. Ambas habían sido invitadas por un amigo en común y desde el primer momento conectaron. Bailaron juntas y charlaron sobre sus vidas y sus carreras. Hanna, que era actriz porno, le contó a Whitney sobre su trabajo y cómo había llegado hasta allí. Whitney, por su parte, también trabajaba en la industria para adultos como actriz y productora. Hanna se sintió fascinada por la seguridad y el éxito de su nueva amiga y decidió que quería aprender de ella. Le propuso a Whitney que la ayudara a producir su propia película y Whitney aceptó encantada. Así, juntas comenzaron una exitosa colaboración que las llevó a realizar muchos proyectos juntas y a forjar una gran amistad.