Eileen y Harry se conocieron en un día soleado de primavera en el parque. Eileen, que caminaba con su perro, se tropezó y cayó en el césped. Harry, que paseaba en bicicleta, se detuvo en seco al verla caer. Se acercó rápidamente para asegurarse de que estaba bien y le ofreció una mano para levantarse. Eileen, agradecida por su ayuda, no pudo evitar mirarlo a los ojos y notar lo guapo que era. Harry, por su parte, estaba cautivado por la sonrisa dulce de Eileen y no podía dejar de mirarla. Juntos, comenzaron a platicar sobre sus vidas y descubrieron que tenían mucho en común. Desde ese día, no se separaron más y se convirtieron en los mejores amigos. Con el tiempo, el amor nació entre ellos y hoy en día, están casados y son felices gracias a ese momento en el que se conocieron.
