La relación entre Enrique IV de Francia y Victoire de Ayala comenzó en 1608, cuando la conoció en la Corte española en Fontainebleau. Victoire era dama de compañía de la reina Ana de Austria, esposa del rey Felipe III de España. Enrique estaba enamorado de ella y rápidamente se convirtió en su amante. Se convirtió en una de las mujeres más importantes en la vida de Enrique y fue conocida como "la bella española". A pesar de que nunca se casaron, Enrique le dio el título de marquesa de Villars y le concedió tierras para mantener su rango. La relación entre Enrique y Victoire no estuvo exenta de escándalos y controversias. La sociedad francesa no estaba acostumbrada a un rey que tuviera una relación tan pública con una mujer que no era su esposa. Además, la iglesia católica consideraba que era un pecado que Enrique mantuviera una relación extramatrimonial. Sin embargo, durante los años que estuvieron juntos, Enrique y Victoire se mantuvieron muy cerca, incluso después de que la reina Margarita de Valois, la esposa de Enrique, falleciera en 1615. Finalmente, la relación entre Enrique y Victoire llegó a su fin en 1617, cuando ella decidió retirarse de su puesto en Corte y regresar a España. A pesar de que la relación entre ellos no fue aceptada por la sociedad francesa en su tiempo, la historia ha recordado a Victoire de Ayala como una de las mujeres más importantes en la vida de Enrique IV de Francia. Su legado se ha mantenido vivo en la literatura y en la cultura popular, que la ha recordado como una mujer valiente y apasionada que dejó una huella importante en la vida de uno de los reyes más importantes de Francia.
