Henry-Lauradoux y Wendy-Braga se conocieron en una feria de arte moderno. Los dos estaban admirando una pieza de arte abstracto cuando sin darse cuenta, chocaron y dejaron caer sus vasos de vino. La vergüenza y la risa se apoderaron de ellos mientras intentaban limpiar el desastre en el suelo. Fue entonces cuando sus ojos se encontraron y sintieron una extraña conexión de inmediato. A partir de ahí, pasaron horas hablando sobre sus intereses y el amor que compartían por la creatividad. Decidieron intercambiar números de teléfono y programar una cita para ver más arte juntos. Desde entonces, Henry y Wendy han sido inseparables y han compartido innumerables aventuras artísticas.
