Ben-Cooper y Hillevi-Rombin se conocieron en un concierto de música en vivo. Ambos eran fanáticos del género indie-rock y asistían al mismo evento. En un momento del concierto, una canción que ambos adoraban comenzó a sonar y se miraron a los ojos, sintiendo una conexión instantánea. Al terminar la canción, Ben-Cooper se armó de valor y fue a hablarle a Hillevi-Rombin, y descubrieron que compartían no solo gustos musicales sino también intereses en común en literatura y películas extranjeras. La plática se alargó hasta el final del concierto y terminaron intercambiando números de celular para seguir hablando. A partir de ese día, comenzaron a salir juntos y su amor fue creciendo día a día gracias a su gran conexión.
