Howard Hughes y Olivia de Havilland tuvieron una relación profesional y personal durante varios años. Hughes era un empresario y magnate de la aviación dedicado a la producción cinematográfica, y De Havilland era una reconocida actriz de Hollywood. En 1941, Hughes contrató a De Havilland para que apareciera en su película "El halcón maltés". Durante el rodaje, Hughes comenzó a cortejar a De Havilland, quien inicialmente rechazó sus avances. Sin embargo, Hughes persistió y finalmente logró conquistar a la actriz. Durante su relación, Hughes ayudó a De Havilland a obtener mejores roles y trabajó en su carrera como actriz. Sin embargo, su relación se deterioró con el tiempo debido a los celos y control de Hughes. De Havilland finalmente dejó a Hughes en 1947 y se mudó a Francia para comenzar una nueva vida. A pesar de su relación problemática, Howard Hughes y Olivia de Havilland dejaron una marca significativa en la industria del cine y son recordados como dos de las figuras más importantes de la era dorada de Hollywood.