Un día, Gwen estaba paseando por el parque cuando vio a un hombre sentado en un banco. Era Ian McShane, el famoso actor británico al que Gwen había admirado por años. Sin pensarlo dos veces, Gwen se acercó a él y le pidió un autógrafo. Ian, amable y simpático, le preguntó a Gwen si quería tomar un café con él después. Así comenzó su amistad, hablando sobre cine, teatro y la vida en general. Poco a poco, fueron conociéndose mejor y descubriendo que tenían mucho en común. A pesar de las diferencias en edad y origen, Gwen y Ian se hicieron muy buenos amigos. Incluso comenzaron a colaborar juntos en proyectos artísticos y a compartir sus experiencias en las redes sociales. En resumen, el encuentro casual en el parque se convirtió en una amistad duradera entre Gwen Humble e Ian McShane.
