Ian-Mosby y Sally-Meen se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad. Sally estaba sentada en una mesa con sus amigas, cuando Ian entró y llamó su atención. Ian estaba vestido con una camisa negra y pantalones de mezclilla, lo que hacía que se vea muy atractivo. Sally no podía dejar de mirarlo. En ese momento, Ian se acercó a la mesa donde estaba Sally y le pidió amablemente si podía sentarse con ellos. Sally se sonrojó y le dio permiso para sentarse. Ian y Sally comenzaron a hablar y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Ian era músico y Sally era una artista. Comenzaron a hablar sobre sus intereses y sueños, y pronto se dieron cuenta de que se sentían muy atraídos el uno por el otro. Después de pasar varias horas en la cafetería, Ian invitó a Sally a caminar por el parque cercano. La química entre ellos era evidente, y decidieron que querían volver a verse. Intercambiaron números de teléfono y se despidieron con un beso en la mejilla. Desde ese día, Ian y Sally se convirtieron en inseparables. Asistieron a conciertos juntos, visitaron museos y galerías de arte, y se apoyaron mutuamente en todas sus aventuras creativas. Su vínculo seguía creciendo cada día, y ambos sabían que habían conocido a su alma gemela.
