Ian y Samantha se conocieron en una cafetería de la calle principal, donde ambos se encontraron en la fila para pedir su café. Ian, siendo un hombre simpático y social, notó a Samantha en la fila y decidió entablar una conversación con ella. Samantha, que en ese momento estaba distraída en su teléfono, se sorprendió al escuchar la voz de Ian, pero rápidamente se sintió intrigada por su amabilidad. De repente, comenzaron a hablar de todo tipo de cosas, desde la música hasta sus lugares favoritos para viajar. La química era obvia y podían sentir que estaban conectando en muchos niveles. Ian, siendo un romántico empedernido, sintió que tenía que hacer algo especial para Samantha, así que le ofreció llevarla a dar un paseo en su viejo auto clásico. Samantha, que nunca había montado en un auto clásico antes, aceptó con emoción. Desde allí, su relación se fortaleció. Comenzaron a salir juntos en citas, a compartir sus pasatiempos e intereses, y siempre encontraron tiempo para estar juntos. Ahora, años después, Ian y Samantha siguen juntos y son una pareja inseparable.
