Ignazio y Jamie se conocieron en una velada exclusiva en la ciudad de Nueva York. Ambos estaban disfrutando de la noche cuando sus miradas se cruzaron en el bar del lugar. La química fue instantánea, y empezaron a conversar animadamente mientras compartían una copa de vino. Pronto descubrieron que tenían muchas cosas en común: ambos eran apasionados de la gastronomía y de la buena vida, y enseguida empezaron a intercambiar anécdotas y recomendaciones culinarias. La noche pasó volando, y cuando se dieron cuenta ya era muy tarde. Antes de despedirse, intercambiaron números de teléfono y se prometieron seguir en contacto. Y así fue: desde ese día, Ignazio y Jamie se han convertido en grandes amigos, y siempre se están recomendando nuevos restaurantes y platos deliciosos para probar. ¡Y todo gracias a un encuentro casual en una noche mágica en Nueva York!
