Irene y Alkis se conocieron en una cafetería en Grecia mientras ambos estaban de vacaciones. Después de ver que estaban sentados en mesas separadas y ambos habían pedido un café frío, Irene se acercó a la mesa de Alkis para preguntar qué opinaba sobre el clima en la ciudad. Después de una charla breve e interesante sobre la comida y la cultura local, Irene le ofreció a Alkis una galleta que había comprado. Alkis aceptó la oferta, y los dos siguieron hablando durante horas, antes de intercambiar números de teléfono y despedirse después de una maravillosa tarde juntos en la cafetería. Desde entonces, Irene y Alkis se han mantenido en contacto y eventualmente se enamoraron y formaron una hermosa familia juntos.
