Un día, mientras caminaban por el mismo sendero, Auethunn-Blondal e Iris-Bjork-Johannesdottir se cruzaron en el camino. Se quedaron mirando el uno al otro durante unos segundos, pero luego continuaron caminando en direcciones opuestas. Sin embargo, a medida que continuaban caminando, no pudieron evitar seguir pensando el uno en el otro. Después de unos días, se volvieron a encontrar en una cafetería local. Ambos estaban disfrutando de una taza de café y comentaron sobre cómo era extraño que hubieran pasado tanto tiempo caminando el mismo sendero sin encontrarse antes. Hablaron mucho sobre sus vidas, sus intereses y sus anhelos. Con el tiempo, comenzaron a salir y eventualmente se casaron. Ahora, son inseparables y siempre agradecen el día en que se cruzaron en aquel sendero y comenzaron su increíble viaje juntos.