Frederick II fue un emperador del Sacro Imperio Romano Germánico que gobernó desde 1220 hasta su muerte en 1250. Durante su reinado, mantuvo relaciones estrechas con la dinastía de los reyes de Jerusalén y Sicilia. Isabella II de Jerusalén fue una reina que reinó en Jerusalem durante la segunda mitad del siglo XIII. Se casó con el rey Conrad II de Jerusalén en 1229 y al año siguiente fue coronada como reina de Jerusalén. Después de la muerte de su esposo, ella se convirtió en regente del trono. La relación entre Frederick II e Isabella II comenzó en 1225, cuando Frederick decidió casarse con Isabella después de la muerte de su segunda esposa. En 1228, Isabella llegó a Italia para su matrimonio con Frederick II. La boda fue muy importante, ya que aseguró una alianza política entre el Sacro Imperio Romano Germánico y el Reino de Jerusalén. En 1229, Frederick y su ejército llegaron a Jerusalem como parte de la Sexta Cruzada, en la que se logró una tregua de diez años entre musulmanes y cristianos. Durante su visita, Frederick II fue coronado como rey de Jerusalén y se le permitió entrar en la Mezquita de Al-Aqsa, el lugar más sagrado del Islam después de la Meca y Medina. Después de la coronación, Frederick y su esposa Isabella regresaron a Italia. Sin embargo, la relación entre ambos no era idílica, ya que Isabella se sintió cada vez más aislada y marginada de las decisiones políticas tomadas por Frederick. En 1235, Isabella regresó a Jerusalén y Frederick le permitió salir de su matrimonio para casarse con otro hombre. A pesar de la tensión en su relación personal, la alianza política entre el Sacro Imperio Romano Germánico y el Reino de Jerusalén continuó hasta la muerte de Frederick II en 1250.
