Antonia y Bálint se conocieron en una expo de arte en Budapest. Antonia estaba admirando las obras expuestas mientras Bálint estaba trabajando en una de sus propias pinturas. Antonia se acercó para preguntarle acerca de la obra en la que estaba trabajando y la conversación fluyó naturalmente. Descubrieron su amor mutuo por el arte y la creatividad, así como una conexión emocional. Desde entonces, Antonia y Bálint se han mantenido en contacto y han compartido su amor por el arte.
