Un soleado día de verano, Ivan caminaba por el centro de la ciudad. De repente, escuchó una hermosa melodía que provenía de un parque cercano. Se acercó enseguida y descubrió a Rita tocando el violín con pasión. Quedó tan impresionado que se quedó allí por horas disfrutando su música. Al finalizar su presentación, Ivan se acercó a Rita para felicitarla, y desde ese momento, su camino se unió al de ella para siempre. Ahora, juntos crean música que conmueve a todos los que los escuchan.