Un día de verano, Ivan-Lebedeff se encontraba en su lugar de trabajo en el centro de la ciudad, cuando se topó con una hermosa mujer extranjera que estaba perdida en las calles. Desesperada, Vivienne-Osborne le preguntó cómo llegar a una tienda cercana que estaba buscando. Ivan, siendo un caballero, se ofreció a guiarla por la ciudad y para su sorpresa, ambos comenzaron a conversar de inmediato, como si la conexión entre ellos ya existiera de antes. Mientras caminaban, se dieron cuenta de que compartían gustos similares en la música y el arte. Había una química innata que se intensificaba con las risas y sonrisas a lo largo del camino, y ambos no querían que la magia acabara. Después de pasar todo el día juntos, finalmente llegaron a la tienda de Vivienne. Ella le dio las gracias por haberla ayudado y le dejó su número de teléfono en caso de que quisiera tomar un café en algún momento. Ivan se fue a casa con una sensación de emoción que no podía explicar del todo. Desde entonces, empezaron a tener citas y descubrieron que tenían mucho más en común de lo que imaginaban. A la larga, se enamoraron profundamente y decidieron pasar el resto de sus vidas juntos. Y así, su historia de amor comenzó en una calle perdida de la ciudad, donde se encontraron dos almas afines.