Un día, Izabella estaba caminando por el parque y se tropezó con una piedra. Justo en ese momento, Shaw pasaba por allí y la ayudó a levantarse. Izabella se sintió muy agradecida y ambos comenzaron a hablar. Descubrieron que tenían mucho en común y terminaron intercambiando números de teléfono. Poco después, Shaw invitó a Izabella a tomar un café y así comenzaron su amistad. Desde entonces, han pasado innumerables aventuras juntos y se han convertido en grandes amigos inseparables.
