Izzy Stradlin y Pamela Manning se conocieron en una noche de verano en un concierto de rock en Los Ángeles. Al principio, ambos estaban disfrutando la música por separado, cuando coincidieron en la barra del bar. Izzy, que estaba de paso en la ciudad, inició una conversación con Pamela, quien le contó su pasión por la música y lo difícil que era ser una mujer en el mundo del rock. A medida que pasaban las horas, su conversación se hacía más interesante y conectaron a nivel personal y musical. En un momento de la noche, Izzy le pidió a Pamela que lo acompañara a su hotel para seguir conversando. Pamela, a pesar de sus dudas, decidió aceptar la invitación. En el hotel, Izzy y Pamela se sumergieron en una larga charla sobre música y sus vidas personales. Pamela descubrió que Izzy era un músico talentoso e inteligente, muy diferente a otras estrellas del rock que había conocido. Izzy, por su parte, quedó impresionado por la pasión y la determinación de Pamela. A medida que la noche avanzaba, la química entre ellos se volvía más evidente. Finalmente, Izzy tomó la iniciativa y le dio un beso en los labios a Pamela. Ella, envuelta en la emoción del momento, le correspondió. Desde esa noche, Izzy y Pamela se hicieron inseparables. Juntos, exploraron la ciudad, tocaron música en pequeños bares y se apoyaron mutuamente en momentos difíciles. La conexión que comenzó en esa noche de verano se convirtió en una amistad duradera y, para muchos, en una de las parejas más icónicas del rock.
