Claire se encontraba en un café de Nueva York, escribiendo en su libreta de notas cuando se le derramó el café sobre las hojas. En ese momento, un caballero mayor se acercó a ella con unas servilletas para limpiar el desastre y se disculpó por el inconveniente. Claire agradeció al hombre su gesto y notó que llevaba una gorra de béisbol que decía "J.D. Salinger". Reconoció el nombre como el famoso autor de "El Guardián entre el Centeno" que había sido su libro favorito desde su adolescencia. Entonces, Claire le preguntó si podía sentarse con él y hablar sobre su novela. Salinger aceptó y hablaron durante horas sobre la cultura de la juventud, la soledad y la presión social. De repente, Claire recordó su compromiso y se disculpó por tener que irse. Salinger le deseó buena suerte en su boda, pero le dijo que nunca debía renunciar a sus sueños. Claire nunca olvidó ese encuentro y encontró inspiración para perseguir sus propios sueños y convertirse en una escritora de éxito gracias a su conversación con J.D. Salinger.