Un día, Jack el Destripador estaba merodeando por el mercado en busca de su próxima víctima. De repente, se topó con Emily Horsnell, una joven y hermosa vendedora de flores. Jack quedó cautivado por la belleza de Emily y decidió acercarse a ella. Durante unos minutos, se hicieron amigos y comenzaron a hablar. Emily no tenía idea de quién era Jack, él se presentó como John y simuló ser un viajero que buscaba información sobre la ciudad. A medida que la conversación continuaba, Jack se dio cuenta de que tenía algo en común con Emily: ambos sufrían de soledad. Jack se sintió muy identificado con la tristeza que Emily transmitía y, por un momento, dudó de sus intenciones de matarla después. Sin embargo, Jack no podía resistirse al deseo de asesinar y pronto decidió que Emily sería su próxima víctima. La invitó a un paseo por las calles secundarias de Whitechapel y, antes de que Emily pudiera darse cuenta, Jack la apuñaló y la dejó agonizando en el suelo. Desafortunadamente, Emily no sobrevivió al ataque. Jack había dejado otra víctima más en su sangrienta cadena de homicidios. A partir de ese día, Jack se convirtió en el asesino más buscado de Londres.
