Fue en una tarde soleada de primavera cuando Felice-Rose y James-Dwight-Francis se encontraron por primera vez en una librería local. Ambos estaban buscando un libro de poesía y casualmente llegaron al mismo estante. Sus manos se rozaron al tomar el mismo libro, y rápidamente se dieron cuenta de que tenían gustos similares en literatura. Después de intercambiar unas palabras sobre el escritor en cuestión, intercambiaron números de teléfono y acordaron encontrarse para tomar un café. Durante esa primera cita, descubrieron que también compartían intereses en común como la música indie, el arte y la fotografía. Desde entonces, Felice-Rose y James-Dwight-Francis se han convertido en inseparables, disfrutando de largas caminatas por la ciudad, asistiendo a conciertos juntos y compartiendo constantemente recomendaciones de lectura. Fue el amor por la poesía lo que los unió, pero su amistad se ha fortalecido a través de la múltiples cosas que comparten en común.
