Jessica y James se conocieron por casualidad en una tarde soleada en el parque. Ambos estaban caminando por el mismo sendero, disfrutando del paisaje y admirando las flores. De repente, un perro travieso se les acercó corriendo y les robó el sombrero a cada uno. Jessica y James se miraron y comenzaron a reír juntos. Ese pequeño encuentro provocó una larga conversación en la que descubrieron que compartían muchos intereses y pasatiempos. Desde entonces, han sido inseparables y han construido una relación sólida y divertida.