Jan-Wieczorkowski y Urszula-Kaczmarczyk se conocieron en una tarde soleada de primavera en el parque central de Varsovia. Ambos habían ido a caminar por el parque para disfrutar del buen tiempo y despejar sus mentes del trabajo y los estudios. Casualmente, se encontraron en una zona donde la vista de las flores era especialmente bonita y se detuvieron a admirarlas juntos. La conversación fluyó fácilmente entre ellos, descubriendo que tenían muchos intereses en común, desde la música clásica hasta los deportes al aire libre. Después de un rato, decidieron tomarse un café juntos en un pequeño quiosco cercano. Allí, descubrieron que vivían en el mismo barrio y Jan le recordó a Urszula que habían cruzado caminos antes en el supermercado local. Los dos se dieron cuenta de que habían estado destinados a conocerse y, desde ese día, comenzaron una amistad que rápidamente se convirtió en un romance duradero.
