Jane Fonda y Jay Sebring se conocieron a finales de los años 60 y pronto comenzaron una relación sentimental. Sebring, peluquero de profesión, era uno de los hombres más influyentes en la industria del cabello en Hollywood y contaba entre sus clientes con celebridades de la talla de Frank Sinatra, Steve McQueen y Warren Beatty. La relación entre Fonda y Sebring duró varios años y fue muy intensa. Se dice que la actriz se quedó devastada cuando Sebring fue asesinado en la masacre de Sharon Tate en 1969, junto con ella y otras tres personas más. Fonda describió su relación con Sebring como "una de las más influyentes en su vida" y llegó a confesar en su libro de memorias "Mi vida hasta ahora" que estuvo a punto de casarse con él. También ha dicho en diversas ocasiones que Sebring fue uno de los hombres más importantes en su vida. A pesar de la trágica muerte de Sebring, su legado en la industria de la belleza y la moda sigue siendo muy reconocido hoy en día.
