Misae y Janelle se conocieron en una estación de tren en Japón. Misae estaba esperando su tren para ir a visitar a sus padres en el campo, mientras que Janelle estaba de vacaciones en el país asiático. Janelle vió a Misae llorando en una de las bancas de espera y se acercó a ella para preguntar si necesitaba ayuda. Misae le contó que había tenido una pelea con su esposo por teléfono y que se sentía muy triste. Janelle le ofreció una barra de chocolate que tenía en su bolsillo, lo que logró arrancarle una sonrisa a Misae. Empezaron a platicar y descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la música y la gastronomía. Cuando llegó el tren de Misae, Janelle se ofreció a acompañarla hasta su asiento y las dos intercambiaron números de teléfono para poder mantenerse en contacto. Desde ese día, se convirtieron en grandes amigas y se han visitado mutuamente en Japón y en Estados Unidos.
