Darren y Janice se conocieron en un bar de Nueva York. Él estaba tomando una copa con unos amigos después de una larga sesión de grabación en el set de su última película. Ella, por su parte, acababa de terminar un día agotador en su trabajo de agencia literaria. De repente, sus miradas se cruzaron y comenzaron a charlar animadamente. La conversación fluyó sin esfuerzo y enseguida se dieron cuenta de que tenían mucho en común, desde su amor por el teatro hasta su pasión por la música indie. Al cabo de unas horas, decidieron que querían seguir hablando y cambiaron números de teléfono. Desde entonces, han sido inseparables y han compartido muchos momentos inolvidables juntos, tanto en la ciudad como en sus viajes por todo el mundo.
