Carl-Prager y Janis-Carter se conocieron por casualidad en una feria de tecnología en San Francisco. Carl acababa de presentar su última innovación: un robot inteligente capaz de aprender y adaptarse a diferentes tareas. Janis, por su parte, era una experta en inteligencia artificial y estaba fascinada por las capacidades del robot de Carl. Después de la presentación, Janis se acercó a Carl para felicitarlo por su invento y entablar una conversación. Él se mostró un poco sorprendido pero fascinado por el entusiasmo de Janis. Comenzaron a hablar sobre su trabajo y descubrieron que tenían mucho en común. Se turnaron para explicar sus ideas y descubrieron que compartían una visión similar sobre la importancia de la inteligencia artificial y sus implicaciones para el futuro. Después de un rato, ambos sintieron que habían encontrado a alguien que comprendía su pasión y su visión. En ese momento, Carl le propuso a Janis continuar la conversación en una cafetería de la zona. Ella aceptó encantada, y así fue como se convirtieron en amigos y colaboradores cercanos. Desde entonces, han trabajado juntos en muchos proyectos exitosos que han transformado la industria de la tecnología.
