Un día soleado en Los Ángeles, Jansen-panettiere caminaba por la calle pensando en su próximo proyecto en el cine cuando inesperadamente choca con alguien en la calle. Al levantar su vista ve a una chica pelirroja hermosa y desorientada, Leah-Clark quien también había sido parte del encontronazo. Ambos comenzaron a disculparse y Jansen-panettiere le preguntó si estaba bien, Leah-Clark sonrió y asintió. Intercambiaron sus nombres y se percataron que tenían los mismos intereses en la industria cinematográfica. Sin dudarlo acordaron coordinar una reunión y tomar un café juntos. Desde entonces, han sido grandes amigos y han trabajado juntos en varios proyectos exitosos. La casualidad hizo que se conocieran, pero su pasión y dedicación por la actuación y el cine hizo que su amistad floreciera.
