George Tooker y Jared French fueron dos artistas estadounidenses que tuvieron una estrecha relación personal y profesional durante su carrera artística. Tooker y French se conocieron en la década de 1930 mientras estudiaban en la Art Students League en Nueva York. Ambos compartían el interés por la pintura figurativa y el realismo mágico, un movimiento artístico que se caracterizaba por la representación detallada de escenas surrealistas y misteriosas. La amistad entre Tooker y French se profundizó cuando ambos se mudaron a un edificio en Manhattan llamado "The Glass House", que se convirtió en un centro cultural para artistas y escritores de la época. A través de su trabajo en común, ambos artistas crearon obras que enfatizaban la preocupación por la alienación y la soledad en la sociedad moderna. Ambos artistas, así como su amigo Paul Cadmus, también colaboraron en proyectos conjuntos, como murales para la WPA y para la iglesia episcopal de San Bartolomé en Nueva York. A pesar de que Tooker y French compartían una visión artística similar, cada uno tenía un estilo distintivo. French se centraba principalmente en la figura humana y la belleza del cuerpo, mientras que Tooker tendía hacia lo misterioso y lo imaginativo. La relación de Tooker y French duró hasta la muerte de French en 1988. Tooker murió 10 años después, en 1998. Ambos artistas dejaron un legado importante en la historia del arte estadounidense del siglo XX.