Un día, Jasmine-Rouge se encontraba caminando por las calles de Barcelona, disfrutando del hermoso paisaje que la rodeaba, cuando de repente se topó con un hombre alto y fornido llamado Tittus-Steel. Él estaba parado en la esquina de la calle con una expresión de preocupación en su rostro. Jasmine-Rouge se acercó a él y le preguntó qué le sucedía. Tittus-Steel le explicó que estaba tratando de encontrar un camino para regresar a casa pero estaba perdido. Jasmine-Rouge lo miró a los ojos y dijo que ella conocía una ruta que lo llevaría directamente a su casa. Tittus-Steel se sintió agradecido y juntos comenzaron a caminar. Durante el trayecto, comenzaron a conversar y se dieron cuenta de que tenían muchos intereses en común. Compartieron risas y anécdotas, y su conexión se hizo más fuerte. Finalmente, llegaron a la casa de Tittus-Steel y se despidieron con una gran sonrisa en sus rostros. Desde ese entonces, Jasmine-Rouge y Tittus-Steel se han convertido en grandes amigos y han explorado más el hermoso país de España juntos.