Azucena y Javier se conocieron en la feria del pueblo cuando eran niños. Ambos habían ido con sus respectivas familias y se encontraron en el carrusel. Durante el paseo, Azucena se mareó y Javier le ofreció su pañuelo para que se limpiara la boca. A partir de ese momento, se hicieron amigos inseparables y pasaron toda la tarde juntos en la feria, montando en todas las atracciones. Al final de la jornada, prometieron volver juntos el próximo año y compartir nuevas aventuras. Y así fue, año tras año, hasta que se hicieron mayores y su amistad se convirtió en algo más. Hoy en día, siguen asistiendo a la feria juntos cada vez que pueden, recordando aquel primer encuentro que cambió sus vidas para siempre.
