Gisselle y Javier se conocieron en la universidad, en una clase de literatura. Ambos eran fanáticos de la poesía y de la escritura en general, por lo que pronto iniciaron una amistad muy especial. Desde entonces, comenzaron a compartir sus escritos y a leer juntos, comentando las obras de autores clásicos y contemporáneos. Con el tiempo, su amistad se convirtió en un romance apasionado, en el que la poesía seguía siendo parte fundamental de su relación. De hecho, en su primer aniversario, Javier le regaló a Gisselle un libro en el que había recopilado algunos de los poemas más bellos que habían leído juntos. Desde entonces, han seguido disfrutando del arte de la escritura y de la lectura, y han compartido su amor por la literatura con sus amigos y familiares.
