Kerry-Johnson y Jean-Arthur se conocieron un día soleado de verano en un parque de la ciudad. Ambos estaban disfrutando del clima y de la belleza del lugar cuando se encontraron por casualidad en un puesto de helados. Kerry-Johnson pidió un helado de fresa y Jean-Arthur uno de vainilla. Al recibir sus helados, sus manos accidentalmente se tocaron al mismo tiempo, lo que los hizo sonreír y mirarse a los ojos. De ahí en adelante, comenzaron una conversación amistosa que duró horas y se dieron cuenta de que tenían muchos intereses en común. Desde entonces, se han convertido en grandes amigos y proponen disfrutar de nuevas aventuras juntos.