Jean-Jacques-Murray y Leticia-Birkheuer se conocieron en un café en París. Él estaba sentado en una mesa escribiendo en su cuaderno y ella llegó para reunirse con una amiga. Al pasar por su mesa, Leticia notó que el cuaderno de Jean-Jacques estaba lleno de fórmulas matemáticas y le preguntó si era matemático. Él le respondió que sí y comenzaron a hablar sobre las teorías matemáticas. Descubrieron que tenían una pasión compartida por las matemáticas y rápidamente se sumergieron en una discusión profunda y estimulante. Desde entonces, ambos se convirtieron en grandes amigos y comenzaron a colaborar en investigaciones matemáticas juntos. La chispa de su relación comenzó a crecer y eventualmente se enamoraron, convirtiéndose en una pareja inseparable y respetada en su campo.