Peter y Jemma se conocieron en una fiesta de verano en Ibiza, donde ambos estaban de vacaciones. Peter estaba en el bar tomando una copa cuando se encontró con Jemma, quien estaba bailando al ritmo de la música con sus amigas. Peter se acercó y le ofreció una copa, y Jemma aceptó de buen agrado. Empezaron a hablar y pronto descubrieron que tenían muchos intereses en común. La química entre ellos era evidente, y terminaron pasando toda la noche juntos, hablando y riendo. A la mañana siguiente, Peter le pidió el número de teléfono a Jemma y quedaron en encontrarse de nuevo esa noche en la misma discoteca donde se conocieron. La noche fue aún mejor que la anterior, y a partir de ahí, Peter y Jemma empezaron a pasar todo su tiempo juntos durante el resto de sus vacaciones en Ibiza. Al finalizar sus vacaciones, Peter y Jemma intercambiaron direcciones de correo electrónico y números de teléfono, prometiéndose mantenerse en contacto. Y así fue, se mantuvieron en contacto y su relación evolucionó al punto de convertirse en una sólida amistad.