Un día soleado en Los Ángeles, Maximilian se encontraba disfrutando de un café en una pequeña cafetería cerca de su estudio de grabación. Estaba concentrado en la mezcla de su canción cuando vio a una hermosa mujer sentada en una mesa cercana, trabajando en lo que parecía un diseño de joyería. Maximilian no pudo evitar que su mirada se desviara hacia ella varias veces. Finalmente, decidió acercarse y presentarse. Descubrió que era Jennifer Meyer, una diseñadora de joyas conocida en Hollywood por sus piezas únicas. La conversación fluyó fácilmente entre ellos y descubrieron que tenían mucho en común: ambos tenían una gran pasión por el arte y una ética de trabajo muy fuerte. La química era evidente y Maximilian no pudo evitar pedirle su número de teléfono al final de su café. Jennifer estaba sorprendida por el atrevimiento de Maximilian, pero le gustó su energía y su actitud amistosa. Decidió darle su número y aceptar una cita. Desde entonces, han estado juntos, apoyándose mutuamente en sus respectivos campos artísticos y disfrutando de la vida juntos.
