Jennifer O'Neill caminaba por la calle principal de la ciudad, distraída en sus pensamientos, cuando de repente chocó contra alguien y cayó al suelo. Ese alguien resultó ser Joseph Koster, quien estaba corriendo tarde para una reunión. Joseph se disculpó y ayudó a Jennifer a levantarse. Ambos se miraron a los ojos y sintieron una extraña conexión. Después de intercambiar algunas palabras, se despidieron y siguieron con sus respectivas vidas. Sin embargo, el encuentro quedó grabado en la mente de ambos y, casualmente, comenzaron a encontrarse en diferentes lugares de la ciudad. Comenzaron a charlar y a conocerse mejor, y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Poco a poco, su amistad se convirtió en algo más profundo y comenzaron una relación. Desde entonces, Joseph y Jennifer han sido inseparables y comparten momentos inolvidables juntos. Y todo comenzó por un simple choque en la calle.