Un día soleado en Los Ángeles, Jon Hamm estaba caminando por las calles del centro cuando algo llamó su atención en una foto en la ventana de una pequeña galería de arte. Se trataba de una pieza de arte moderno con un mensaje que le pareció muy interesante. Sin pensarlo dos veces, entró en la galería para averiguar más sobre la obra y quien era el artista. Allí, conoció a Jenny Slate, una artista creativa y talentosa que estaba mostrando su trabajo. Jon se interesó por su arte de inmediato y comenzaron a charlar. Pronto se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, desde su amor por el arte y la cultura hasta su sentido del humor. Jon quedó impresionado por la creatividad de Jenny y decidió invitarla a tomar un café para seguir hablando de arte y de la vida. Fue en ese momento cuando comenzó la chispa entre ellos. Desde entonces, Jon y Jenny se han convertido en buenos amigos y colaboran juntos en diversos proyectos creativos. Pero no solo eso, también han encontrado en el otro una fuente de apoyo y comprensión mutua. Y todo gracias a una obra de arte y un encuentro casual en una pequeña galería de arte en Los Ángeles.
