Evel Knievel y Jessica Hahn se conocieron en un espectáculo de acrobacias en Las Vegas. Él estaba impresionando a la multitud con sus trucos en motocicleta, mientras que ella trabajaba como mesera en el bar cercano. Después del espectáculo, Knievel se acercó a ella y la invitó a tomar una copa. A pesar de la diferencia de edad, la química entre ellos fue instantánea. A partir de ese día, comenzaron a salir y a compartir su amor por la aventura y la emoción. Juntos, recorrieron el país en su moto, enfrentando nuevos desafíos y viviendo al límite. Su amor era tan intenso como los saltos de Knievel, y siempre estuvo presente a pesar de las adversidades que enfrentaron en su relación.