Gary y Jessie se conocieron en una discoteca de Londres, donde ambos estaban disfrutando de una noche de fiesta con sus amigos. Mientras se encontraban en la pista de baile, Gary no podía apartar la mirada de Jessie, quien estaba bailando con una gran sonrisa en el rostro. Después de intercambiar algunas miradas, Gary se acercó a ella y le ofreció una copa. Jessie aceptó y comenzaron a charlar, descubriendo que tenían muchas cosas en común. Durante el resto de la noche, no se separaron y se divirtieron juntos hasta altas horas de la madrugada. Desde entonces, no han dejado de mantener contacto y han construido una hermosa amistad que ha durado a lo largo de los años.
