Ashley Brodin y Jilly Johnson se conocieron en un parque mientras caminaban con sus perros. Los perros de ambas comenzaron a jugar juntos y así inició una amistad entre sus dueñas. Descubrieron que vivían en el mismo vecindario y también tenían en común su pasión por la cocina. Decidieron planear una cena juntas y a partir de ese momento se convirtieron en inseparables amigos y compañeras de cocina. Ahora Ashley y Jilly tienen un exitoso negocio de catering juntas y continúan compartiendo su amor por la comida y sus perros.
