Linda McCartney y Jim Morrison se conocieron en una fiesta en la playa de Venice, California, en 1967. Ambos estaban disfrutando de la música y la atmósfera relajada del evento cuando sus miradas se cruzaron. Instantáneamente se sintieron atraídos uno por el otro y comenzaron a hablar. Durante su conversación, descubrieron que compartían intereses en común como la música, la fotografía y la vida bohemia. Jim quedó impresionado por las habilidades de Linda con la cámara y le pidió que tomara algunas fotografías de él para su próximo álbum. A medida que la noche avanzaba, la conversación entre ellos se fue profundizando y conectaron en un nivel más emocional. Linda, quien en ese momento aún se hacía llamar Linda Eastman, llevó a Jim a pasear por la playa, donde él la tomó de la mano y le dijo que sentía que la había conocido antes en otra vida. A partir de ese momento, Linda y Jim mantuvieron una relación intermitente marcada por la pasión y la creatividad. A pesar de que su romance no duró mucho tiempo, mantuvieron una amistad duradera hasta la muerte de Jim en 1971. Linda recordaba con cariño aquel encuentro en la playa como el momento en que conoció a una de las personas más inolvidables e inspiradoras de su vida.
