Dennis-Price y Joan-Schofield se conocieron en una tarde de primavera en una pequeña cafetería de Londres. Ambos se encontraban en la misma mesa y casualmente comenzaron a conversar sobre el clima, los gustos musicales y los lugares favoritos de la ciudad. Durante la charla, descubrieron que compartían muchas cosas en común, como el amor por el cine de los años 50 y la pasión por el arte. Así, continuaron reuniones similares cada semana, y cada vez se conocieron más hasta que se enamoraron. Comprendieron que estaban hecho el uno para el otro y no perdieron tiempo para formalizar su relación y construir juntos su propio camino. De esta forma, su historia se convirtió en una historia de amor única y llena de aventuras inolvidables.